Somatismo / Iñaki Abalos

Una pista para aprender a ampliar nuestra visión termodinámica es comprobar que lo que resulta insoportable de la ciudad icónica no es tanto el derroche de energía y narcisismo como la posición a la que nos obliga, de contemplación en medio de la nada, ahí fuera, con la expresión bobalicona de quien se queda paralizado ante lo espectacular. "¡Guau! Como fin último, eso es precisamente lo que no podemos soportar. Ya no como arquitectos sino como usuarios de la ciudad. Queremos ser sujetos activos, construir una verdadera experiencia, atravesar los cuerpos físicos de la arquitectura, hacer que lo que quede en la memoria no sea una forma, sea de perro o de pera, cada vez más insultante, más imbécil, sino nuestro cuerpo puesto en comunicación directa con el mundo de las cosas. Una arquitectura que sea capaz de ponerse en contacto directo, sin intermediarios, con cada sujeto. Eso se llama somatismo, y combinado con unos principios termodinámicos sencillos puede dar lugar a sumir en el olvido las obras de los que aún pensaban que el objeto es más importante que el sujeto.

Visto en PS, gracias a un quemado.

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